A lo largo de mi vida he hecho muchas terapias, pero sin duda alguna la que supuso un antes y un después fue en formato grupal.
Aunque la terapia grupal tiene muchos beneficios, a día de hoy todavía hay una gran parte de la población que es reticente a ella debido, bajo mi punto de vista, a la dificultad que la mayoría de nosotros tenemos en mostrar nuestra vulnerabilidad y exponer nuestros problemas o dificultades en publico, por miedo a sentirnos juzgados, o incluso al estigma social que todavía tiene el hecho de pedir la ayuda a un profesional.
Cuando alguien decide pedir ayuda, raramente se plantea la idea de hacerlo en el formato de una terapia grupal, y es que si ya nos cuesta exponer los motivos de nuestro sufrimiento delante de un profesional, es normal que la dificultad frente al grupo sea más elevada. No obstante, la realidad es que este tipo de terapia puede llegar a ser altamente efectiva, en algunos casos, más que la individual.
Al pensar en terapia grupal la mayoría de nosotros nos imaginamos las típicas reuniones de alcohólicos anónimos, cuando en realidad ésta puede tener mucha más variedad de formatos y estar indicada para muchos otros casos. En realidad, este tipo de terapia es beneficiosa para la mayoría de problemas psicológicos como cuando hay un bloqueo emocional o situaciones traumáticas del presente o pasado.
La terapia de grupo tiene como meta el desarrollo de las capacidades y recursos propios en un espacio compartido con otras personas. Permite compartir experiencias, reconociendo el malestar frente a otros y sintiéndose acompañado durante el proceso así como atender las inquietudes y lograr cambios positivos.
La diferencia básica respecto a la terapia individual no sólo es el número de personas que acuden a ella, sino en el tipo de dinámicas y relaciones que se crean dentro de la terapia en sí.
Diversas investigaciones han puesto de manifiesto los múltiples beneficios de formar parte de un grupo de terapia pero ¿cuáles son los beneficios que este tipo de terapia tiene?
1. Dejar de sentirnos los raros:
Cuando tenemos algún tipo de problema es muy común pensar que lo que nos sucede es algo excepcional o único y, en cierto modo, esto puede generar un sentimiento de vergüenza que puede derivar en un sentimiento de soledad o rareza que hará que nos vayamos separando a nivel social para ocultar nuestro problema.
En la terapia grupal nos encontraremos con personas con problemas parecidos a los nuestros y esto puede facilitar nuestro proceso terapéutico y aportar tranquilidad al darnos cuenta de que nuestro caso es más habitual de lo que pensábamos.
2. Mejorar nuestras relaciones y el sentimiento de pertenencia:
Puede que debido a nuestros problemas sintamos cierto grado de soledad. En este sentido la terapia grupal suele ayudar a reforzar nuestros vínculos y sentimiento de pertenencia a nivel social o incluso, en algunos casos, establecer cierto grado de amistad con alguna de las personas del grupo. Puede ser una puerta de apertura para aquellas personas que son un poco más tímidas o reservadas y les cuesta expresar ciertas cosas y también nos puede ayudar a liberarnos de prejuicios mejorando nuestra aceptación y, por lo tanto, alcanzando una mayor sensación de plenitud y paz interior.
El grupo funciona como un laboratorio que permite a los integrantes explorar lo que uno es frente al otro, experimentar para conocerse y, a través del efecto espejo, beneficiarse del trabajo compartido de los demás.
3. Ampliar la mirada de tus problemas:
En el fondo los problemas que tenemos no son tan distintos de los del resto. Al encontrarnos con otras personas que están pasando por situaciones parecidas e interaccionar con ellas vamos a poder identificar otras maneras de afrontar nuestros problemas e incluso tomar conciencia de ciertos detalles de nuestra historia que hasta el momento creíamos que eran de una determinada manera que en realidad no era del todo cierta, liberándonos así de cierto grado de sufrimiento y dolor.
4. Aprender de nuevas habilidades:
La terapia en grupo puede ayudar a las personas con un proceso de superación personal invitándonos a salir de nuestra zona de confort, adquirir nuevas habilidades sociales y de comunicación así como conocimientos mediante dinámicas o con la simple observación del resto de personas del grupo.
5. Aumentar nuestro bienestar y salud:
El hecho de compartir nuestros asuntos con el grupo puede ser muy liberador y nos puede aportar múltiples beneficios a nivel de salud, tanto psicológica como física. Conforme vayamos cogiendo confianza con el terapeuta y el grupo se fortalezca a medida que nos vayamos sintiendo parte de él, vamos a poder ir sacándole importancia o dejar de tener tan presente aquellas cosas que nos generan sufrimiento y malestar.
Además podemos ir adquiriendo una visión más enriquecida de nosotros mismos ya que el grupo nos puede permitir descubrir cosas de nosotros mismos y darnos cuenta de que, a menudo, la imagen que tenemos de nosotros mismos puede ser muy diferente de cómo los otros nos ven, hecho que seguramente nos va a ayudar a aumentar nuestra confianza.
6. Tener más motivación:
Tener la oportunidad de observar el progreso del resto de individuos nos puede motivar y ayudar a tener esperanza en la evolución de nuestro propio proceso.